Más allá de ser un problema estético, tener las encías retraídas puede suponer un peligro para la salud oral, llegando a suponer la pérdida dental.
En este artículo te contamos todo lo que debes saber si tienes las encías retraídas, y cuál es el tratamiento más indicado.
¿Qué son las encías retraídas?
Las encías retraídas, también conocidas como recesión gingival, es un problema bucal en el que el tejido que rodea los dientes se desgasta o retrae, dejando expuesta parte de la raíz dental.
Este problema puede ser gradual, por lo que muchas personas no se dan cuenta de que lo padecen hasta que notan cambios visibles o sienten sensibilidad dental.
En condiciones normales, las encías cubren la raíz del diente, protegiéndolo y manteniéndolo firme en su lugar. Pero cuando las encías se retraen, se forma un espacio entre los dientes y las encías, lo que facilita la acumulación de bacterias y placa dental.
Causas de la recesión gingival
La recesión de encías puede tener orígenes diferentes en cada persona. Las causas más comunes van desde factores genéticos, hasta una mala higiene oral.
- Mala higiene oral. No cepillarse los dientes de forma adecuada y no usar hilo dental permite la acumulación de placa bacteriana en los dientes y encías. Esta placa, si no se elimina con la higiene diaria y tratamientos de limpieza profesionales, puede convertirse en sarro, que es más difícil de quitar y provoca inflamación en las encías.
- Ortodoncia. En algunos casos, el movimiento que hacen los dientes para corregir un desalineamiento o mala mordida, puede hacer que las encías se retraigan.
- Enfermedad periodontal. Las enfermedades de las encías (gingivitis y periodontitis) son una de las principales causas de la recesión gingival. La inflamación y las infecciones resultantes de estas enfermedades destruyen el tejido de las encías y el hueso de soporte, lo que provoca que las encías se retraigan.
- Factores genéticos. Algunas personas son más propensas a desarrollar problemas de encías debido a la herencia genética. De hecho, se estima que hasta un 30% de la población puede tener predisposición genética a las enfermedades periodontales, lo que puede aumentar el riesgo de recesión gingival.
- Tabaquismo. Fumar está estrechamente relacionado con problemas en las encías, incluida la recesión gingival. Ya que, las toxinas presentes en el tabaco dañan el tejido gingival y reducen la capacidad del cuerpo para sanar.
- Cambios hormonales. En las mujeres, las fluctuaciones hormonales durante la pubertad, el embarazo o la menopausia pueden hacer que las encías sean más sensibles y vulnerables a la recesión.
- Bruxismo. El hábito de apretar o rechinar los dientes, conocido como bruxismo, puede ejercer demasiada presión sobre las encías, lo que con el tiempo provoca su recesión.
- Dientes desalineados. Si los dientes están desalineados o no se encuentran en la posición correcta, pueden ejercer una presión desigual sobre las encías, lo que contribuye a la retracción.
Consecuencias de las encías retraídas
Unas encías retraídas no son estéticamente agradables. Pero, además, sufrir esta patología puede tener consecuencias graves para la salud dental.
- Sensibilidad dental. La recesión expone las raíces de los dientes, que no tienen una capa protectora de esmalte como la corona dental. Esto hace que los dientes sean más sensibles al frío, al calor o a los alimentos y bebidas dulces o ácidos.
- Mayor riesgo de sufrir caries. Las raíces expuestas son más vulnerables a la formación de caries, ya que el cemento que recubre las raíces es menos resistente que el esmalte dental.
- Pérdida de dientes. Si no se trata, la recesión de las encías puede avanzar hasta el punto en que el hueso que sostiene los dientes también se vea afectado, lo que puede provocar la pérdida de dientes.
- Estética. La recesión de encías puede hacer que los dientes se vean más largos y desiguales, lo que afecta negativamente la estética de la sonrisa.
- Formación de bolsas periodontales: La separación entre las encías y los dientes puede crear bolsas donde las bacterias se acumulan fácilmente, lo que aumenta el riesgo de infecciones más profundas.
Tratamiento para encías retraídas
Si quieres saber cuál es el mejor tratamiento para las encías retraídas visita a tu dentista. Ya que la gravedad del problema determinará el tipo de tratamiento.
Estas son algunas posibles soluciones para tratar recesión en las encías:
- Mejora tu higiene oral. En las etapas iniciales de recesión gingival, el dentista puede recomendar cambiar la rutina de higiene bucal. Esto incluye un cepillado más suave, el uso de un cepillo de dientes de cerdas suaves, y el uso correcto del hilo dental. También se pueden recetar enjuagues bucales o irrigadores dentales para controlar la placa y las bacterias.
- Tratamientos de limpieza profesional. Cuando existe acumulación de placa y sarro, el dentista puede realizar una limpieza profunda conocida como raspado y alisado radicular. Este procedimiento elimina el sarro de las raíces de los dientes y ayuda a que las encías sanen y se adhieran nuevamente a los dientes.
- Cirugía de injerto gingival. Para casos más avanzados de recesión, el tratamiento puede requerir un injerto de encía. Este procedimiento quirúrgico consiste en tomar tejido de otra parte de la boca (generalmente del paladar) y colocarlo en las áreas donde las encías se han retraído. Esto ayuda a cubrir las raíces expuestas y a regenerar el tejido gingival perdido.
- Cirugía de colgajo. En algunos casos, se puede realizar una cirugía de colgajo, en la que el dentista levanta el tejido gingival afectado, elimina el sarro acumulado en las raíces, y luego lo vuelve a colocar en su posición para reducir la recesión.
- Tratamiento con láser. El láser puede ayudar a eliminar el tejido dañado y a estimular la regeneración del tejido gingival.
- Uso de protectores bucales. Si la recesión es causada por el bruxismo, se puede recomendar el uso de una férula nocturna para proteger los dientes y encías del desgaste excesivo.
Conclusión
Las encías retraídas pueden convertirse en un problema grave si no se abordan a tiempo. Por eso, si notas que tus encías están inflamadas, o dejan más parte visible de los dientes de lo que te gustaría, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
La clave para no sufrir consecuencias más graves por este problema está en la prevención, el diagnóstico temprano y la atención adecuada por parte de un profesional.
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