A lo largo de la historia se ha contemplado que el hecho de utilizar piercing o perforar una parte del cuerpo constituye uno de los rasgos más representativos de muchas culturas.
Hoy en día, el hecho de colocarlo en lengua o labios con objeto de aportar un elemento decorativo al cuerpo es una práctica muy atractiva desde el punto de vista estético y se ha vuelto muy de moda entre nuestros jóvenes.
¿Pero, vale la pena correr los riesgos que ello supone?
Esta práctica tiene una incidencia directa para la salud bucal cuando el piercing es colocado en alguna zona adyacente a la boca y a los dientes, y normalmente la persona que los realiza no informa de los riesgos y complicaciones que ello puede acarrear.
Los problemas de salud que puede conllevar el uso del piercing no solo afecta a la cavidad oral sino también a la salud en general.
- Uno de los riesgos más frecuente son las fracturas de las piezas dentales debido al contacto del piercing contra los dientes. También pueden causar espacios interdentales debido a la tendencia que tienen las personas que lo poseen de jugar con él.
- Si no se lleva una higiene adecuada se pueden producir infecciones debido al gran número de bacterias presentes en la boca. Si decide realizar ésta práctica le recomendamos acudir a un centro de su total confianza, para evitar así posibles enfermedades de transmisión como el VIH o la Hepatitis.
- Pueden producir daños en algún nervio y pérdida de sensibilidad en la zona, especialmente si éste se coloca en la lengua.
- A nivel estético puede generar consecuencias negativas irreversibles, como por ejemplo, la cicatriz o agujero puede que no desaparezca al retirarlo.
- Mayor riesgo de padecer enfermedad periodontal. Provoca heridas y recesión en las encías dando lugar a la movilidad de las piezas dentales y su posterior pérdida. Estas lesiones son las que más nos preocupan.
Desde Clínica Noguerol, tratamos de prevenirle sobre las importantes consecuencias de ésta práctica para la salud bucodental.